miércoles, 29 de septiembre de 2010

Sacrificio humano

Para Adolfo Hitler los alemanes eran una “raza superior” y los judíos considerados “inferiores”, no merecían vivir.
Es por eso que fueron perseguidos hasta el punto de ser casi exterminado de toda Europa. Como también  fueron  perseguidos los gitanos, los testigos de Jehová y homosexuales, discapacitados y enfermos mentales, estos últimos fueron usados por varios años como experimento médico para poder extender la raza superior por todo el mundo y la que dio pie a  la persecución y el asesinato sistemático organizado de aproximadamente seis millones de judíos por parte del régimen nazi. Tomaron el poder en Alemania en enero de 1933.
Esa noche, extendiéndose hasta la mañana dio el comienzo a la persecución rompieron vidrios de comercios judíos, quemaron sinagogas y destrozaron hogares judíos en toda Alemania.
Todos los  descendientes judíos o que llevase apellido judío eran perseguidos, y los que tuviesen alguna relación con ellos.
Toda la población de alrededor de seis cientos mil, unos tres cientos mil judíos continuaban residiendo en Alemania, habiéndose identificado totalmente con su música y su literatura. Escuchaban a Beethoven y citaban a Goethe. Pero ahora fueron despertados a la horrenda realidad, que las hordas nazis podían actuar, herir y asesinar, sin la menor protesta de la ciudadanía del país y con la complicidad de muchos”.


Auténticas “fabricas de muerte” se sucedieron para facilitar la “Solución Final,” el genocidio total de los judíos en Europa. Los nazis llegaron a competir unos con otros en crueldad.